La pausa no es un freno: es una estrategia de bienestar
- Bienestar y comunicación
- 28 abr
- 3 Min. de lectura

Por: Bertha Duarte
28 de abril de 2025
“El cuerpo habla… y cuando no lo escuchamos, grita.”– Catalina Pimienta Gómez, Fundación Juanfe
Vivimos en un mundo que celebra la velocidad, la hiperproductividad y la inmediatez. En ese ritmo, el bienestar suele quedar rezagado, visto como un lujo o una indulgencia. Pero como bien plantea Catalina Pimienta Gómez en su valioso artículo “El poder estratégico de la pausa”, detenerse no es rendirse. Es, de hecho, una forma avanzada de inteligencia emocional y estratégica.
Desde el enfoque del bienestar, la pausa es un acto radical de autocuidado. Es una decisión consciente de reconectar con el cuerpo, de honrar los ciclos personales, de permitirnos sentir antes de actuar. Y es, también, una forma de liderazgo más humano y sostenible.
Escuchar al cuerpo como política de liderazgo
Catalina nos comparte una vivencia profunda: una pausa forzada por una crisis de salud que no solo la llevó a parar físicamente, sino a reconectarse emocionalmente con lo que venía sosteniendo sin pausa. Ella describe una verdad que muchas mujeres líderes conocemos en silencio: la presión de poder con todo y al mismo tiempo.
En el universo del bienestar corporativo y personal, ese relato resuena con fuerza. Nos recuerda que el cuerpo es sabio y que las emociones no gestionadas terminan manifestándose físicamente. La salud emocional y el liderazgo no son esferas separadas; son parte de un mismo sistema.
Por eso, en Bienestar y Comunicación, creemos que no se puede hablar de liderazgo sostenible sin hablar de autocuidado. No se puede construir cultura organizacional sin hablar de límites sanos, horarios razonables, derecho al descanso y espacios para simplemente ser.
¿Dónde está el tiempo que decimos no tener?
Una reflexión poderosa del artículo de Catalina es su análisis del tiempo: si la semana tiene 168 horas, ¿realmente no tenemos tiempo o simplemente no lo estamos priorizando bien? Las 45 horas que “sobran” entre trabajo, sueño y compromisos esenciales suelen desaparecer entre exigencias internas, sobrecarga invisible y falta de conciencia.
Desde el bienestar, no se trata de hacer más con menos, sino de hacer menos con más presencia. De reducir la dispersión y aumentar la conexión. De dejar de medir nuestro valor por la cantidad de tareas resueltas, y comenzar a medirlo por la calidad de vida que somos capaces de sostener.
Bienestar como base de la estrategia
Hacer de la pausa una práctica organizacional no es solo una acción de cuidado, es una decisión estratégica. Como bien lo señala Catalina: “Invertir en bienestar no es un lujo, es una ventaja competitiva”.
Organizaciones más conscientes son organizaciones más resilientes. Líderes que escuchan su cuerpo toman mejores decisiones. Equipos que respetan sus ritmos, crean mejor. El bienestar no es un extra: es la base sobre la que se edifica todo lo demás.
La pausa como acto de poder
En un mundo que premia el hacer constante, parar es un acto de coraje. Respirar, soltar, sentir… son formas de poder que no siempre caben en las métricas tradicionales, pero que transforman profundamente la cultura laboral, los vínculos humanos y nuestra relación con el tiempo.
Desde este espacio, queremos invitarte a hacer una pausa hoy. Una real. De respiración. De mirada hacia dentro. De escucha. De presencia.
Y si lideras un equipo, una empresa o un proyecto, comienza por modelar lo que quieres sembrar: lidera con bienestar, no con agotamiento. La pausa no solo te recarga, te reinventa.
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Y cuéntanos: ¿Cómo estás integrando la pausa en tu vida y liderazgo?
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